Este es un entorno privilegiado para los micólogos (personas atraídas por el mundo de las setas), porque estamos rodeados de caminos forestales, taludes, maderas muertas, prados, estiércoles, pastizales y bosques caducifóleos, lugares idóneos para la presencia de hongos.
Hay que tener en cuenta que las setas" son el fruto" de un hongo.
Las especies que más se repiten son:
peziza aurantia, ustulina deusta, sarcodon imbricatus, yesquero de color, boletus granulatus, psalliota macrospora, higroforo amarillo, stopharia semiglobata, lactario aterciopelado, lycoperdon caelatum (peu de llobu), etc.
A pesar de sus diferentes aspectos, formas, tamaños y colores, todas llaman la atención en este paisaje otoñal. Y son un reclamo secreto para los incondicionales al mundo de las setas, que en Asturias pueden agruparse en las sociedades micológicas existentes.
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