martes, 15 de diciembre de 2009

De la ciudad al campo.

Hola de nuevo blogeros; quisiera compartir con vosotros lo que ha supuesto para mí vivir toda la vida en la ciudad y desde hace tres años pasar a residir en una pequeño núcleo rural de no más de veinte casas.

Mi familia y yo siempre vivimos en Oviedo, pero a mi padre siempre le gustó la montaña y en cuanto tuvo la oportunidad nos vimos toda la familia viviendo en una pequeña aldea del concejo de Morcín llamada La Rectoría.

Sólo puedo decir cosas positivas del cambio. No sólo por el entorno, en el que nos encontramos rodeados de majestuosas montañas con sus verdes bosques, una de ellas, La Madalena con sus misteriosas capillas (la de Santiago y la de la Madalena) que podemos ver desde nuestra casa. También por la relación que se crea con los vecinos, haciéndote sentir como parte de una misma familia.

Por eso os recomiendo que si en algún momento de vuestras vidas tenéis oportunidad de experimentar ese cambio, de la ciudad a la aldea, lo intentéis, yo creo que solo os aportará cosas positivas.

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