miércoles, 10 de marzo de 2010

Aquellos eran otros tiempos...

No sé si mejores o peores, sólo sé que en esta década todo se vivía más intensamente. Cualquier fiesta o procesión era motivo para que toda la gente del pueblo se echase a la calle. Lo importante era estar todos juntos, hacer un momento festivo y jovial. Porque hace años, y no muchos, no se tenían demasiadas ocasiones así; y cuando se presentaban había que aprovecharlas al máximo.


Esta foto está tomada en La Ará (Riosa), el 4 de diciembre de 1955. Esa fecha coincide con la celebración de Santa Bárbara, patrona de los mineros. En un concejo como Riosa, minero por excelencia, este día se celebra solemnemente. El pozo Monsacro, la ermita de Santa Bárbara en Villamer, La Ruta de la Esperanza, las colominas de La Ará y Nijeres...son muestras de esa vida y tradición minera.




Y ésta es una imagen tomada desde el mismo sitio, pero recientemente:




Quiero hacer hincapié en dos aspectos fundamentalmente:
  • Por un lado, el lugar. Las colominas de La Ará eran totalmente diferentes: por la parte de atrás, tenían balcones; las ventanas eran más grandes; y donde ahora está el cruce (en mitad de la Avenida del Aramo) había un arco de piedra, a modo de "puerta" que ahora ya no existe. Estas casas se construyeron a principios de la década de los 50, coincidiendo con el auge de la actividad minera. Y en 1966 fueron reformadas, quedando tal y como están ahora. El puente que cruza el río, también era distinto, más estrecho y con un muro y barrotes a ambos lados. Hoy en día tampoco queda nada del aspecto que tenía.

  • Por otro lado, la gente. Hombres y mujeres, jóvenes y mayores, todos acudían a la procesión. Eso sí, todos llevaban sus mejores galas: abrigos, gabardinas, trajes, zapatos brillantes...Seguro que estaban deseando que llegase ese día para vestir así. ¿Y hoy? Pues Santa Bárbara se celebra en el pozo, no hay procesión en La Ará, y no acude tanta gente. El día de fiesta se convirtió en un día más. La gente tiene varios modelos elegantes y varios más informales. No se disfruta tanto de cada minuto, de cada oportunidad.

Y sí, ya sé que otra diferencia es el colorido de las fotos. La segunda es mucho más viva y alegre que la primera. Pero casi puedo asegurar que, en aquellos tiempos, la ilusión era mayor, se valoraba todo mucho más. Y la gente ponía todo su empeño en hacer de cada ocasión un momento único e inolvidable...

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