Mi paraiso particular

Todo el mundo suele tener un rincón con algún significado especial, ya bien sea por los recuerdos que guarda acerca del sitio, por las sensaciones que le transmite o porque simplemente le guste el paisaje.

Este es mi rincon especial, mi refugio, mi pequeño paraiso particular y se encuentra muy cerca de tí, en Peñerudes, Morcín.

Cuando estoy triste, o necesito pensar o estar sola, no hay nada que me guste más que sentarme en el balcón a contemplar la sigilosa calma del agua, el baivén de las corrientes, ver como los animales corretean y vuelan en perfecta armonía. La mejor sensación es contemplar el agua y poder escuchar el sonido del silencio, aunque parezca imposible y evadirte al 100% del mundanal ruido de la civilización urbana.

En los días de verano, al alba y al atardecer, es impresionante ver cómo el sol aparece y se esconde entre las montañas y refleja sus rayos sobre el agua, y en la noche escuchar el croar de las ranas mientras la luna brilla en el agua y las estrellas relucen en lo más alto del firmamento.
En los días nublados todo se vuelve gris y melancólico, pero la tranquilidad se respira en cada centímetro del lugar.
Cuando las grandes nevadas hacen su blanca presencia.... los recuerdos de niñez afloran en la mente y la serenidad se apodera de ti.
Y cuando hay tormenta... ver como los rayos atraviesan el cielo y cómo retumban los truenos... es una autentica hermosura contemplar y escuchar las maravillas que nos ofrece la naturaleza, y es una de las pocas ocasiones, en que se puede admitir una mejora en el paisaje despues de haber sido modificado por la mano del hombre.

Yo me considero afortunada por poder disfrutar de mi refugio a diario, porque cada vez que me asomo a la ventana ahí lo encuentro.

Y tu, ¿tienes algún lugar para perderte en tí mismo? cuéntamelo y comparte el mío.